El barro necesita movimiento para cobrar forma, y ya listo, quieto en su lugar, mientras lo miras, viajará contigo pues su energía se adentra en quien lo admira. El barro grita y pide movimiento y es eso lo que hacen las manos de Rufina Ruiz López, una mujer auténtica, ejemplar, fiel a sus tradiciones y oficio.
Inmersa siempre en un proyecto nuevo, Rufi como la llamamos con cariño, convierte la tierra en belleza con energías alternativas. En su casa de inspiración, el Taller Ruiz López, explota su vocación como maestra con 45 años de formación, la educación siempre será su prioridad. El taller, un colectivo familiar que fue creado para impulsar a los artistas de Santa María Atzompa, donde maestros, artistas, creativos e innovadores fusionan las técnicas tradicionales con nuevos métodos y materiales contemporáneos.